Lo primero que hizo Kandy al jubilarse a los 66 años fue hacer realidad el sueño que siempre tuvo: dar la vuelta al mundo en solitario. Esta vuelta al mundo, en la que utilizó transportes públicos, empezó en Argentina (llegó a Ushuaia), siguió por Centro América y Estados Unidos, continuó por Nueva Zelanda y Australia, para dar después el salto a Hong Kong, Vietnam, Camboya, Tailandia, Nepal y la India.
Tras los 9 meses de viaje, regresó a casa físicamente extenuada, pero con la mochila repleta de ilusiones, vivencias y emociones que, a día de hoy, con 87 años, siguen manteniéndola fuerte, ilusionada y sin parar de viajar.